“Operació Kyoto es un ejercicio original e interesante en el que el autor juega con los narradores, el tiempo y la confusión entre lo real y lo imaginario. Así, los primeros quince capítulos están narrados por el protagonista, y a partir de ahí el narrador va variando entre los diferentes personajes hasta llegar a los dos últimos, donde hallamos un narrador externo y con un punto de vista objetivo. El juego entre realidad y ficción engaña al protagonista y al lector de la novela, manteniendo el misterio hasta la última línea”. Iris Gonzàlez. Faristol 59. Noviembre 2007. |