Premio Mercè Rodoreda 2001.
Premio Crítica Serra d’Or 2003.
Proa, Barcelona 2002. Colección Beta n 106.
ISBN: 84-8437-371-1
Pág: 190
(Hasta el momento, esta obra se ha publicado sólo en catalán)

Los protagonistas de Adéu tienen contacto con la muerte antes o después del momento en que se inicia el relato. A menudo, vivos y muertos se mezclan en los escenarios cotidianos que les dan cobijo y que, sin abandonar nunca la realidad, adoptan la simbología de cielos, infiernos o limbos, y los personajes las actitudes de ángeles, demonios y mártires. Con un estilo directo, fresco y cosmopolita, el autor fantasea sobre puntos inverosímiles que tienen la estructura de un sueño: artistas que confunden arte y vida, terroristas que atentan contra sí mismos, o las últimas horas de la humanidad. No abandona las carreteras, ni los clubs ni los hogares, para cruzar la sutil frontera que separa la vida de la muerte. Esta colección de relatos mereció el Premio Mercè Rodoreda 2001.

Segundo volumen de relatos. No están tan alejados de Show como pudiera parecer. En este caso elegí algo así como un nexo entre ellos: el hecho de morir, de todas las formas posibles. La vocación universalista es más evidente (EEUU, Suiza, Polonia, Berlín, Sevilla, Figueres...). Procesiones, resurrecciones, terapias con difuntos, terroristas que se liquidan entre ellos. El terror y la gloria, la esperanza y la decepción. La fragilidad de los sentimientos y el consuelo. Saber y no saber (o no querer saber). Pienso, y sobre eso escribo, que es más normal de lo que parece nuestra relación cotidiana con los pensamientos acerca del hecho de morir.

“Los relatos de Burgas se degustan gratamente por la habilidad con que han sido construidos. Adéu es un muestrario de ingenios. Un muestrario francamente remarcable en un autor que no podemos dejar de considerar nuevo (...). Hay muchos juegos en el libro basados en el recurso del paralelismo. Dislocaciones, ecos o variaciones de una situación o de un personaje. El encanto de las narraciones de Burgas se desprende, precisamente, de la ambigua e imprecisa coincidencia, disidencia y superposición de los personajes, de las sombras que unos proyectan sobre otros, del ambiguo espacio que comparten”.

Antoni Puigverd. El país. Quadern. Abril 2002.

“Burgas se revela como un gran imaginativo, capaz de adentrarse en mundos diversos, de una discoteca tecno al polígono industrial, la clínica o la habitación de un adolescente. (...) Resultado de una imaginación exótica o teatral, Àngel Burgas reúne quince cuentos que giran en torno a la muerte”

Julià Guillamon. La Vanguardia. Libros. Maig 2002.

“Lo mejor del estilo de Àngel Burgas es la agilidad. No sobra ninguna descripción, pero tampoco se echa en falta ninguna. Cada relato está lo suficientemente trabajado para contener los mínimos elementos imprescindibles para que uno se haga la imagen completa. Como ejemplo podemos mencionar que la mayoría de los diálogos están insertados en la misma narración, sin saltos ni comillas; una técnica que jamás se traduce en una confusión para el lector, quien siempre tiene claro si se trata del narrador o de un personaje quien está hablando. Adéu es una obra que dejará muy satisfechos a aquellos lectores que disfrutan con tramas imaginativas y sorprendentes. La única advertencia que conviene hacer es que los relatos de Burgas crean adicción, sobretodo por las sorpresas que deparan”.

Isaac Fernández Sanvisens. Avui. Cultura. Mayo 2002.