Una peça de Jenny Hollan parte de mi relato “Exhibition” del libro de narraciones Adéu (Proa 2002, Premio Mercè Rodoreda 2001 y Premio Crítica Serra d’Or 2003). La historia inventada de la artista americana que apuesta por el arte hasta el extremo más insospechado y termina construyendo una obra maestra a partir de su dolor y su sufrimiento. Tengo en gran estima a ese personaje, y en relato me quedé con las ganas de ver su evolución día tras día hasta llegar a conecbir su gran obra. Jenny Hollan no se ha estrenado todavía a causa de la complejidad que su montaje requiere. Aún así, ha habido (y hay todavía) intentos varios para subirla al escenario.

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Mucho más sólida en su planteamiento y resolución, Una peça de Jenny Hollan explora los límites del arte conceptual a través de una imaginaria artista americana de moda que lleva la experimentación hasta el extremo de convertir sus vivencias más íntimas en obras de arte. Obsesiva e infatigable, Jenny Hollan es una artista full time que, diluyendo impúdicamente los límites entre la vida y el arte, transforma su experiencia como sujeto en objeto artístico, y termina preparando una obra maestra, la última: la exhibición de su propia agonía. Burgas alterna dos niveles narrativos para crear un juego de distanciamiento y proximidad: la voz de la guía de un centro de arte contemporáneo que muestra y comenta las obras de Hollan, y las escenas que nos remiten a su vida privada o pública. La drástica operación egoartística de Jenny Hollan pone en entredicho no sólo el sentido y la finalidad del hecho artístico o los mecanismos de mercantilización y banalización del arte, sino también los límites deontológicos o el grado de impostura ética y estética de esta pràctica.

Francesc Foguet i Borau. El País. Enero 2009.